Descubre el valor de la humildad

¿Sueles tratar a los demás con respeto y cortesía?¿Sabías que Dios nos llama a actuar con humildad? ¿Has visto cuántas personas luchan por ser admiradas o reconocidas? Si quieres profundizar en este tema te invito a leer la cápsula divina de hoy. 💊

3  Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;

4  no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

Filipenses 2:3-4 [RV60]

A Dios le agrada cuando actuamos con humildad, dejando el orgullo y el egoísmo. La Biblia nos enseña que nada debemos hacer por contienda o por vanagloria. La vanagloria es hablar con orgullo excesivo de uno mismo, de lo que ha hecho y de lo que uno es, esto con el objetivo de recibir admiración o llamar la atención de los demás. 

En Filipenses 2: 3-4 Pablo nos enseña la importancia de estar alerta contra cualquier egoísmo, celo o prejuicio que pueda conducir a la disensión. El llamado es a mantener la unidad y una actitud positiva ante los demás. 

No hagas nada por contienda

¿Conoces a alguna persona que se mantenga en contienda constantemente? Son personas que hacen todo pero se mantienen en una pelea constante o hacen las cosas para sobresalir, compararse con otros o por envidia. A este tipo de personas es las que el apóstol Pablo hace el llamado y aconseja de hacer las cosas con humildad. 

Un ejemplo de personas que hacen las cosas por contienda o para vanagloriarse son aquellas que buscan ayudar solo vanagloriarse, servir a otros para ganar aplausos y opinar para quedar bien con los demás. 

No vivir por vanagloria

La Biblia nos enseña a no vivir por vanagloria, esto es, no hacer nada para alimentar el orgullo o para buscar elogios. La Palabra de Dios enseña:

3  Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,

Mateo 6:3 [RV60]

Por ejemplo, publicar tus obras buscando la aprobación de los demás o mirar con desprecio a otros, es vanagloria.

Vivir con humildad

Poner  a los demás primero, esto no porque seamos menos sino porque valoramos y respetamos. 

3  Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Romanos 12:3 [RV60] 

Tener un interés genuino por lo que los demás necesitan, sienten o viven. Esto es aprender a escuchar sin esperar nada y contentarse por los logros de otros. 

Te invito a reflexionar  y a responder para ti mismo estas preguntas: ¿Sirves o esperas que te sirvan? ¿Sueles reconocer el valor de los demás sin competir? ¿En tu trabajo colaboras o sólo buscas destacar tú?¿Celebras el éxito de tus compañeros de trabajo? ¿Te preocupas por las cargas de otros?

Si crees que esta enseñanza puede ayudar  a otros no olvides compartir. También te invito a seguirme y a dejar tus comentarios.

¡A Dios le agrada que seas humilde! 

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